AA.VV. El Uno en la experiencia analítica

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Sumario

Prólogo. Declinaciones del Uno
Débora Nitzcaner
S’truc dure
Jacques-Alain Miller
Una visión del resplandor del Uno
Éric Laurent
I. Epistémica
Función del Uno
La clínica del UNO-SOLO-DE-GOCE
Ernesto S. Sinatra
Cuestiona-mientos del Uno
Camila Candioti
El goce sexual no es el goce a secas
Patricio Álvarez Bayón
II. Clínica
“Lo que habla es lo que goza de sí como cuerpo”
La transferencia y el campo Uniano
Silvia Salman
La mujer distinguida por no ser unificante
Gabriela Grinbaum
III. Práctica AMP
De la ontología a la henología
Victoria Paz
Interpretación: el sueño en mi práctica
Simone Souto
Un escabel entre la voz y la escritura
Oscar Ventura
IV. Unos pocos afortunados
El signo lacaniano, un significante sinsentido
Mariana Gómez
Saber contar
Esteban Stringa
La distinción
José Luis Tuñón

Presentación

Declinaciones del Uno
La salida de este nuevo libro de la Colección Orientación Lacaniana resalta su marca elegida para estos dos años 2022-2023: difundir el conocimiento de los fundamentos teóricos y de los resultados prácticos de la experiencia psicoanalítica.
El título de este libro, El Uno en la experiencia analítica propone una lectura e investigación de El Seminario, libro 19 …o peor; particularmente interesados en profundizar sobre el período de enseñanza de Jacques Lacan, establecido entre los años 1971-1972, formulado por el sesgo analista-analizante. “Nada hay tan resbaladizo como ese Uno”,¹ promueve esta dirección.
Lacan enseña que este Uno tiene caras no innumerables, singularmente divergentes. Lo presenta como inasible, que en cuanto se cree arribado, se escurre y no siempre tiene el mismo sentido. Un poco “bífido” porque no se confunde con el ser; “el Uno no sabe cómo Ser”.²
Este Seminario presenta clínicamente al Uno como lo de repente, lo instante, lo súbito, como “lo más difícil de alcanzar, de lo más huidizo dentro de lo enunciable”.³ ¿Qué cuestión es la de interpretar cuando se trata de un significante que no significa? Es un interrogante dirigido a lo singular de la experiencia analítica, escribir la no relación sexual con lo alcanzado, con lo que Hay.
En la reciente conversación con Jacques-Alain Miller sobre el libro El nacimiento del Campo Freudiano⁴ –el pasado 10 de junio de este año–, lo escuchamos decir que “la enunciación es siempre del Uno”. Consonante y en la misma dirección de “S’truc dure” –Conferencia publicada en este volumen– introduce un umbral para este camino.
Para Miller hay una lectura nueva, lee en Lacan un inconsciente freudiano definido como vacío. Lo esencial en este texto, es el trazado conceptual que va de la estructura del lenguaje –como condición inconsciente– a la inconsistencia del Otro, definida como fórmula de lo real, en la que “vemos el ombligo del inconsciente”. Coordenadas que permiten establecer con claridad dos ejes: uno, delimitado por el lado del sentido y lo verdadero, garantizado por la creencia de la relación sexual, de otra dimensión, por donde lo real es definido como un real matemático. Con esta distinción “S’truc dure”, nos permite esclarecer las dos dimensiones del significante propuestas por Lacan en este Seminario 19, los “pequeños significantes sexuados” de los otros significantes, los matemáticos separados de toda significación que “penetran de otro modo lo real”. Miller en esta conferencia nos conduce al hueso “duro/duradero” de la estructura por una sola razón, la idea de considerar al lenguaje, como condición del inconsciente, a partir de un revés: “¿hay lenguaje sin sujeto?”.
En el texto “Una visión del resplandor del Uno”, Éric Laurent deja situado –junto al escrito lacaniano “Lituratierra”– lo sombrío de los efectos inconscientes en el ser que habla, la sombra que se produce como “consecuencias de las fallas” del uso del lenguaje. El hilo en este texto no cede sobre un punto, qué se escribe de una experiencia analítica, y qué nombra el significante del goce. Así, el concepto de letra, es presentado bajo la heterogeneidad de dos órdenes: el Uno de la letra como marca singular y, por otro lado, un orden diferente delimitado por el “flujo de la cadena significante”. Diferencia conducida directamente al título propuesto en este texto: “en la experiencia del resplandor del Uno, se trata de ceñir en una misma visión todos los modos de effaçons que se han producido para llegar a esa escritura”.
Y si algo se destaca, del trabajo editorial, se encuentra en el “saber hacer transmisión” de cada uno de los responsables de las cuatro rúbricas, en su saber leer y orientar con una cita a cada uno de los autores invitados.
La rúbrica epistémica, constituida por Silvia De Luca, Silvia Pino y Mariela Yern por donde se dedicaron especialmente a la “función del Uno”, enmarcada por interrogar su alcance conceptual en una experiencia analítica. Cada uno de los textos lo prueban. Ernesto Sinatra observa que en la actualidad es la intrusión de lo real lo que ha explotado en la clínica con las “adiXiones”, invitando a reflexionar a los analistas sobre las nuevas soluciones analíticas. Mientras que Camila Candiotti se sumerge en los fundamentos del Uno para resaltar las declinaciones conceptuales que Lacan propone. De este modo el texto de Patricio Álvarez Bayón ilumina a qué llama Lacan el goce a secas, esclarecido conceptualmente por la oposición entre el goce sexual y el goce del cuerpo.
En el pasaje a la segunda rúbrica, la clínica, se puede constatar la precisión que Alberto Justo, Mercedes Simonovich y Paula Vallejo imprimieron en su trabajo, orientados por una cita del Seminario 19, “Lo que habla es lo que goza de sí como cuerpo”,⁵ declinada por tres conceptos: decir, goce y cuerpo. De esta manera, el texto de Silvia Salman elabora cómo concebir la transferencia analítica, a partir de distinguir el dos freudiano del Dos lacaniano. Mientras que el texto de María Laura Errecarte, se pregunta cómo el Uno marca el cuerpo, cómo deviene síntoma, y, en consecuencia, cómo la interpretación localiza el trauma. Un apartado que se continúa y a su vez se abre con el texto de Gabriela Ginbaum destacado por el desarrollo psicoanalítico y poético de lo que es la mujer en su rasgo radical, por su ser no unificante.
La tercera rúbrica representada por el trabajo de colegas de la AMP sitúa una pregunta clínica del Seminario 19 sobre la implicancia de la función de interpretar, cuando, por la vía de la repetición el Uno, en este Seminario, es definido como un significante que no significa.
Victoria Paz de la ECF, Simone Souto de la EBP, Oscar Ventura de la ELP demuestran, a través de su práctica, la sutileza de una distinción en el hallazgo de un significante, desigual, singular, escuchado por su unicidad, delimitado por el alcance clínico de lo real en juego.
Posteriormente, el apartado IV, pensado por el uso referencial de Lacan de otros discursos –para este volumen– Juan Pablo Duarte, Ezequiel Nepomiachi y Dora Saroka, renovaron su marca y lo llamaron “Unos pocos afortunados”. Sus autores, sin saber de este nuevo nombre, han logrado seguir esta orientación. El texto de Mariana Gómez parte de la definición del Uno por donde se pregunta qué impasses o soluciones intenta articular Lacan hasta llegar a su idea de goce femenino, abordado desde los principios que plantea la semiótica de Peirce. En tanto que Esteban Stringa propone un amplio recorrido por referencias matemáticas orientado por capturar el particular enganche entre significante y goce que permite la noción lacaniana de Uno solo. Mientras José Luís Tuñon avanza sobre algunas de las consecuencias en torno al Uno, atravesadas por las formas actuales de discriminación, segregación y de rechazo de los otros.
Finalmente, aquello que viste al libro, su tapa, se destaca por la estética y el arte de Pablo Reinoso, escultor y amigo del Campo Freudiano, quien nos facilitó su obra Chaise Patras. Una pieza exquisita elegida por las declinaciones sucesivas que se desmontan de una silla. Su elección no fue azarosa, en latín silla significa sello y el nombre de esta escultura –Chaise Patras– se traduce al español como Silla Patrás. El azar de los encuentros produjo un hallazgo, se trata de un nombre. Patrás es una ciudad griega, lo que hace que esta tapa se torne poesía, lo habitado por el Uno es posible de ceder ante sus propias declinaciones.
Sin más, editar un libro de Escuela nos permitió hacer una experiencia; en ella encontramos algo nuevo, sus cimientos se sostienen sobre la implicancia de un trabajo de investigación, dedicada a producir un tipo especial de transferencia, en ella logramos ubicar –a los llamados por nosotros– “autores y lectores escuela”.
Una tarea acompañada por la generosidad de los textos de Jacques-Alain Miller y Éric Laurent y la incesante interlocución con los asesores Leonardo Gorostiza y Luis Tudanca, a ellos nuestro gran agradecimiento.
Asimismo, retribuimos el apoyo constante a Gabriela Camaly, Directora responsable de esta publicación, junto al equipo del directorio Esteban Klainer, Virginia Notenson, Alejandra Breglia y Lucas Leserre. Del mismo modo, a Perla Drechsler en su tarea de traducción, Gloria Casado por sus transcripciones y Alejandra Glaze por darnos lugar a los detalles.
A partir de aquí y con la salida de este nuevo libro, damos por concluidos dos años fecundos de aprendizajes y le damos la bienvenida a la gestión entrante. Los dos libros editados, sobre el objeto a y el Uno en la experiencia analítica, hoy forman parte de la biblioteca EOL, ellos son el testimonio de una “transferencia escuela” lograda.
Débora Nitzcaner

1. Lacan, J., (1971-1972) El Seminario, Libro 19, …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 118.
2. Ibíd., p. 132.
3. Ibíd., p. 133.
4. Conversación realizada con Jacques-Alain Miller sobre el libro El nacimiento del Campo Freudiano, textos reunidos por Graciela Brodsky. Miller, J.-A., El nacimiento del Campo Freudiano, Buenos Aires, Paidós, 2023.
5. Lacan, J., (1971-1972) El Seminario, Libro 19, …o peor, óp. cit., p. 149.

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