AA.VV. Opacidad del sintoma ficciones del fantasma

$ 14.000,00

Sumario

Palabras de apertura
Oscar Zack

Conferencia de Eric Laurent
Los nombres del sinthome
Con la participación de Leonardo Gorostiza

Comentarios

Flashes sobre el control
El saber del control
Susana Amado

Flashes: ¿cómo se produce un psicoanalista?
¿Cómo se produce un psicoanalista?
Frida Nemirovsky

¿Cómo se produce un psicoanalista? Nunca para siempre
Silvia Ons

La insistencia en la política lacaniana
Ricardo Seldes

Palabras de cierre
Viviana Fruchtnicht, Mónica Gurevicz, Julio Herrera, Jorge Malachevsky, Elsa Maluenda, Eugenia Molina, Gustavo Sobel, Héctor Tarditti

Presentación

El 30 noviembre del 2009 tuvieron lugar las XVIII Jornadas Anuales de la Escuela de la Orientación Lacaniana, dedicadas a la propuesta de trabajar síntoma y fantasma. A este compuesto de síntoma y fantasma se le ha agregado, en esta ocasión, la opacidad del primero y las ficciones del segundo. Las contribuciones contenidas en este número demuestran un apasionante debate sobre este eje central, articulado alrededor del tema del recorrido y el final del análisis. Este binario se trabajó a lo largo del evento bajo diversas formas y rostros: el fantasma como la respuesta ante la pregunta por el deseo del Otro, como el modo de acceso a una satisfacción del sujeto y como ficción que inventa cada quien, para no quedar apresado al deseo del Otro. Un psicoanálisis es una experiencia que consiste en construir una ficción. Pero el psicoanálisis no es el triunfo de la ficción: la ficción es allí más bien una puesta a prueba en relación con su impotencia para resolver la opacidad de lo real. Pasar por un análisis lleva en sí que el sujeto pueda reconocer el lugar que él ha tomado, en esa partida jugada lógicamente. Alcanzar a ver esa parte tomada donde él ha comprometido su ser —nos dice Eric Laurent¹— y que es la vía por la cual el sujeto obtendrá como retorno una aprehensión sobre las verdades proporcionadas en el análisis. El lugar en este tomar parte es en principio nombrado por Lacan como el lugar del deseo, pero ese será luego el lugar del goce cuando reorganice su teoría del síntoma².

El atravesamiento del fantasma es leído como la separación entre el efecto de sentido y el producto de goce: se aísla un resto. Mientras que la opacidad del síntoma, menos legible, alude al goce que excluye al sentido y por eso es opaco. No obstante, queda el esfuerzo de nombrar eso que es opaco, aquello que J.-A. Miller nombra como los restos sintomáticos. Y los AE en estas Jornadas, hablando en nombre de la experiencia analítica de cada uno, han ubicado ese resto opaco de goce que viene al lugar de la no relación sexual.

La apertura de las Jornadas estuvo a cargo de su director, Oscar Zack. Y la conferencia de Eric Laurent contó con una grata sorpresa, la participación de Leonardo Gorostiza, que no estaba anunciada en el programa. En su ponencia, Gorostiza demostró el recorrido de todo un análisis con el surgimiento de un semblante nuevo hacia el final. El comentario de Laurent puso énfasis en la manera cómo, desde una serie de cadenas válidas, se produce la articulación, a partir de un significante, que posibilita leer la experiencia de goce desde una identificación clave. A partir de estos aislamientos se puede pensar que hay algo que se añade y se cruza, que se diagonaliza. Algo finalmente se añade a estos nombres extraídos de la experiencia misma para, más tarde, producir un significante que no estaba en la lista.

En su curso de 2009, en la clase VIII de Cosas de Finura, J.-A. Miller plantea que hay una selección de lo que aparece como un significante clave, y luego otro, que no son forzosamente compatibles. Por lo tanto, en ellos tuvieron lugar transformaciones; no son elementos independientes unos de los otros, y la llegada de un elemento nuevo modifica el valor de los elementos acumulados. Pero precisamente es una articulación que se realiza continuamente por retroacción. Y lo que haría el final del análisis es marcar el cierre de la experiencia, con el acceso a una retroacción definitiva. En torno al tema de las Jornadas, a la interrogación sobre el fantasma y el síntoma, el lector también podrá encontrar una larga serie de trabajos fuertemente articulados entre sí, sobre el pase y sobre la política del analista en relación al síntoma.

En la mesa del pase, Ana Lucía Lutterbach Holck y Luis Salamone testimoniaron la coherencia de una ficción que la cura ha desarticulado y la manera en que, en cada uno, se produjeron los significantes suplementarios al final del análisis, aquellos que vinieron a designar lo innombrable para cada quien.

Las otras tres plenarias fueron tituladas “flashes”, precisamente como flash de relato, una información concisa, una impresión fuerte y personal, que fue transmitida en las ponencias y que permitió recrear un clima propicio y entusiasta en la conversación. Los Flashes sobre el Post-analítico estuvieron a cargo de Elisa Alvarenga, Guillermo Belaga, Gabriela Dargenton, Leda Guimaraes, Aníbal Leserre y Fabián Naparstek. En los trabajos se ha llamado a los analistas a testimoniar de la experiencia de cada uno y ellos han demostrado la nueva solución encontrada a partir del acontecimiento de goce, cuando la solución previa ya no alcanzaba para responder a esas contingencias de la vida. “A cada uno le toca inventar el post-analítico”, afirma Leserre en su texto.

Los flashes sobre el control fueron presentaciones de los miembros de la comisión científica: Susana Amado, Silvia Baudini, Hilda Vittar y Luis Tudanca. La invitación a hablar en primera persona de la experiencia de cada uno como practicante dejó entrever los pormenores del analista en la sesión misma, respecto de la orientación a lo real o de la ficción del fantasma. Es, sin embargo, en la relación de cada analista a su propia práctica clínica donde se constata cada vez que el analista no puede descontarse de la operación analítica.

En la mesa sobre los flashes: ¿cómo se produce un psicoanalista?, intervinieron Frida Nemirovsky, Silvia Ons, Ricardo Seldes, Ernesto Sinatra y Mauricio Tarrab. El compromiso de cada uno de ellos con el psicoanálisis se ha escuchado con fuerza en esta mesa y el análisis mismo fue destacado como lo esencial en la formación de los psicoanalistas. Sin embargo, tal como lo ha señalado Seldes, comprometerse con la Institución y con la causa analítica no se concibe sin el deseo del analista. Además, esta mesa, en el final, llevó su marca, rigurosidad y clima divertido, como corolario de las Jornadas.

El cierre fue realizado por la Comisión organizadora, que, bajo la coordinación de Viviana Fruchtnicht y junto a Mónica Gurevicz, Julio Herrera, Jorge Malachevsky, Elsa Maluenda, Eugenia Molina, Gustavo Sobel y Héctor Tarditti, hicieron posible este excelente e inolvidable encuentro.

  1. Laurent, E., “El caso, del malestar a la mentira”, Lacaniana 4, EOL–Grama ediciones, Buenos Aires, 2006.
  2. Miller, J.-A., “Seminario de Barcelona sobre Die Wege der Symtombildung”, Freudiana Nº 19, Paidós, Barcelona, 1997

Angélica Marchesini

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